LA
REALIDAD DEL PERIODISMO Y LOS PERIODISTAS POTOSINOS: QUÉ HACEN, QUIENES SON,
CUÁNTO GANAN
LA
VERDADERA SITUACIÓN LABORAL EN LOS DIARIOS POTOSINOS
(Un
análisis laboral, en dos partes, sobre los periodistas potosinos)
Por Eric
Muñiz de la Rosa
SIN
DERECHOS LABORALES
SEGUNDA
DE DOS PARTES: El periodismo potosino se rige bajo la máxima de que “el mejor
sindicato es el que no existe”. Generalmente se carece de prestaciones
laborales, seguridad social y estabilidad en el empleo. En cualquier momento al
periodista se le despide y no pasa nada. No hay una autoridad que esté en guardia
velando por sus derechos, en la legislación mexicana los empresarios gozan de
“contratos de protección” que anulan cualquier posibilidad de organización
gremial de quienes se dedican a la tarea de informar.
Esto
afecta grandemente los derechos laborales de los periodistas: Falta de
contratos formales, incumplimiento de normas por parte de los dueños de medios
de comunicación. Entre ellas, que una mayor productividad no se refleja en sus ingresos.
La
inestabilidad laboral es uno de los problemas más graves que se enfrentan en el
medio periodístico: perder el empleo es cosa de un instante sin que haya
mecanismos adecuados para que se escuche a la o el agraviado y sean valorados
sus argumentos.
DISCRIMINACIÓN
DE GÉNERO
En el
periodismo potosino la discriminación de género es obvia, a pesar de que las
mujeres son mayoría en las salas de redacción potosinas, existe un dominio,
casi absoluto, de los varones en los principales puestos de mando de los medios
de comunicación.
PROFESIÓN
NO RECONOCIDA
Tanto la
Secretaria de Educación Pública, como las leyes laborales, no reconocen al
periodismo como profesión. Aún cuando la Ley laboral reconoce 18 oficios que
por la naturaleza de su trabajo requieren protección especial, la de periodista
no está definida ni contemplada en la Ley Federal del Trabajo mexicana,
simplemente no existe.
Los
ferrocarrileros, traileros, deportistas
profesionales, actores y músicos, domésticas, meseros y otros similares, tienen
mayor prestaciones y seguridad social que los periodistas, ya que la ley les
otorga más vacaciones que las previstas cuando el trabajo que se realiza es de
mayor tensión; se establecen mayores obligaciones especiales de los patrones
para cuidar de la seguridad de sus trabajadores en relación con la naturaleza
del trabajo.
EL
PERCIBIDO PAPEL DEL PERIODISTA
Las
condiciones de trabajo de los periodistas son precarias, pero uno de los
factores que inciden en su contra es su propia actitud: en general, no se
reconocen a si mismos como trabajadores sino como parte de otro estatus, pregonan
ser “el cuarto poder”, no importando sus magras condiciones de trabajo y
salariales.
Al estar
en un terreno de competencia prefieren las acciones individuales, de protagonismo,
en lugar de realizar un trabajo colectivo que les dé mejores resultados.
Tardíamente
se dan cuenta de que son simples trabajadores marginados cuando prueban el
polvo de la calle, cuando son despedidos e intentan probar el funcionamiento de
los “aparatos de justicia”, los cuales son muy limitados; es entonces cuando
consultan la ley laboral y sus derechos.
SALARIO
MÍNIMO PROFESIONAL
El
oficialismo de organizaciones gremiales como la agencia de noticias gubernamental Notimex; Radio
Educación, (organismo independiente de la Secretaría de Educación Pública) y TV
UNAM, junto con el semi oficial diario La Jornada, integraron la Coordinadora
de Medios. Como resultado de sus presiones y peticiones, en 1990, la Comisión
Nacional de Salarios Mínimos estableció que el trabajo de reportero quedara reconocido
con la creación de un salario mínimo profesional para periodistas, equivalente
a tres salarios mínimos generales, bajo la siguiente descripción:
“REPORTERO…
...trabajador
que obtiene información de interés general sobre eventos o temas de actualidad
a través
de la observación de los hechos, de entrevistas a personas vinculadas con los
mismos,
o a
personas de interés de la comunidad. Esta información la ordena, estructura y
transmite de
manera
clara y expedita a la empresa periodística para su revisión y, en su caso,
redacción
definitiva
y publicación.”
SE
ESTABLECE TAMBIÉN QUE EL REPORTERO, EN OCASIONES:
“es el
encargado de elaborar la redacción de la misma nota” (...) “requiere de estar
informado sobre los eventos o temas de su trabajo para darles seguimiento. En
la captura de información puede auxiliarse de grabadoras, taquigrafía o notas y
la transmisión la realiza a través de muy distintos medios, que incluyen desde
la mecanografía y presentación directa de la nota hasta su envío por medio
telefónico, telegráfico, telex o telefax.”
TAMBIÉN
SE CONSIDERA
“reportero(a)
gráfico(a) de prensa diaria impresa” al que: “...entrega al periódico el
material fotográfico sin revelar, acompañándolo (...) con los nombres de los
personajes o de los eventos que aparecen en los negativos.” Revela e imprime fotografías
“...y, en ocasiones, acompaña a su labor un reportero, quien le sugiere o
indica el género, estilo, ángulo de la fotografía deseada.”
LOS
PATRONES ESQUIVAN LA LEY
Está
concepción “del reportero” está confinada únicamente a quien labora en “la
prensa diaria impresa”, no así para quienes lo hacen en otros medios como
televisivos, radio, servicios digitales en internet, revistas y agencias de
noticias o cualquier otra forma distinta a la prensa diaria escrita.
Aunque
puede ser aplicada de manera análoga existe esta laguna legal que propicia que los
empleadores la usen como pretexto para no cubrir el salario mínimo profesional
por esa razón.
Dependiendo
de la zona económica en la que se encuentre laborando, la percepción mínima que
debe tener la reportera o reportero de la prensa diaria impresa representa el equivalente
a tres salarios mínimos generales.
En este
caso, se sigue considerando que puedan ganar salarios más bajos los periodistas
aunque realicen la misma actividad dependiendo del lugar donde desempeñen su
trabajo.
Aún
cuando el salario mínimo profesional “de reportero” es ínfimo, existen muchos
dueños de medios de comunicación que han encontrado la manera de burlarse de
él. Simplemente registran al periodista con otra categoría en su contrato de
trabajo, en el IMSS o en la nómina, como auxiliar de reportero, auxiliar de
redacción, auxiliar corrector o ayudante de reportero o de reportero gráfico para
cubrir un menor salario al legalmente reconocido.
Otro
abuso que los trabajadores del “cuarto poder” aceptan sin chistar, es el de
realizar distintas actividades, desde cubrir la nota, tomar fotografías,
redactar, corregir la nota y hasta cuidar la impresión de la publicación, todo
por un mismo salario, sin compensación alguna.
Pero
mientras sigan creyéndose un grupo privilegiado, de “glamour” y de fantasiosa
importancia, seguirán en el último lugar de los “profesionales” asalariados.
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