ASÍ
EMPEZÓ MI LUCHA POR UN VERDADERO PERIODISMO
Por Eric
Muñiz de la Rosa
Después
de décadas de monótona repetición de clichés, de la infinita repetición de
notas que ofenden la inteligencia de los lectores, de la espantosa redacción
que hacen pasar como periodismo, tomé la decisión de ponerme a escribir una
merecida corrección a una nota aparecida en el diario Pulso.
Serán
justos 10 años, el próximo 15 de diciembre. Desde entonces han sido centenares
las cartas que he enviado, TRATANDO, tratando, hasta ahora infructuosamente, de
enderezar los retorcidos entuertos del periodismo potosino.
Algún
día habrá frutos.
Empecé
escribiendo solamente a Pulso. Siguieron extendiéndose mis quejas a otros
diarios, pronto empezaron a pedirme enviar mis escritos a tal o cual correo
electrónico; empezaron también los reenvíos. Mis 11 o 12 direcciones originales
se multiplicaron y han llegado a la, para mí, cifra mágica de los 10 mil
correos electrónicos.
Al mismo
tiempo varias publicaciones y sitios de internet empezaron a reproducir mis
escritos. Me honran con esa distinción cmenlinea.com, Lux Crónica Potosina,
Plano Informativo, RazonEs de SER, Blogalaxia, El Vanguardia,
www.elnorteusa.org, El Demócrata, www.galeriasiete.com, metrolatinousa.net y
otros que les haré justicia mencionándolos en futuros comunicados. A todos les
agradezco por igual. Lo hago por el verdadero periodismo.
Me escriben
dos clases de periodistas y de estudiantes de periodismo: los que saben
discernir desde lo que es periodismo, y los que se sienten ofendidos por lo que
ellos llaman, y no perdonan, "ataques a los colegas". Como si en las
profesiones y oficios no hubiera buenos y malos.
Les
envío tanto el comunicado original como el artículo que critiqué hace ya cuatro
años y les agradezco el permitirme usar sus correos, con la petición de que si
les llegan a cansar, simplemente los desechen, pero si, por el contrario,
desean que en SLP se llegue a practicar el periodismo verdadero, los reenvien y
los publiquen para que el periodismo llegue a ser lo que no es en estos
momentos, una profesión reconocida como tal en México, porque en la actualidad
no lo es.
(ASÍ
EMPEZÓ TODO EL 15 DE DICIEMBRE DE 2004, CON UN CORREO QUE TITULÉ
"EL
PERIODISMO TAMBIÉN ES EDUCACIÓN")
Pero
para educar, el periodista debe educarse. No puedo creer que una nota, de Lucía
Eugenia Torres, tan mal enfocada, equivocada e inconclusa haya sido publicada.
Me refiero
la nota "La herencia equivocada de El Zacatón", (Pulso, martes 14 de
diciembre, 2004), en el que quedan en la duda los orígenes o razones de la
existencia de un número desproporcionado de "casos de malformaciones
genéticas en gente joven y niños".
En su
nota, Lucía Eugenia Torres informa que el DIF municipal ordenó llevar a cabo
una encuesta entre los habitantes de la comunidad, que en el DIF
"confirmaron la existencia del documento, pero se niegan a dar detalles
concretos de las estadísticas […] que por su número parecen no corresponder a
la proporción con el tamaño de la localidad".
En
seguida, y como para darle a la nota un viso de "erudicción", Lucía
Eugenia cita la definición de los defectos congénitos de la Organización
Mundial de la Salud, lo que le ocupa un párrafo de cien palabras, pero que no
ofrece ninguna luz sobre el problema de El Zacatón.
Lo que
me sorprende del artículo es la falta de profesionalismo periodístico de la
autora, quien a la vez no responde a las expectativas del lector educado —o
bien falta al dogma periodístico de educar al lector—al preferir escribir un
artículo ignorante a pesar de su extensión, antes que recurrir al necesario
recurso de la investigación y la consulta.
No sé
cuál es la calidad actual de la educación escolar básica, intermedia y superior
en México, pero en mis tiempos —carentes de la técnica y avances actuales que
proporcionan la computadoras y la internet— le hubiera sido fácil a alguien,
periodista o no, dilucidar cuál es la razón de los males que afectan a la
población de El Zacatón porque estudiamos biología que trataba, entre otras
cosas, lo de los males congénitos..
Simplemente
se le llama endogamia.
Lo que yo
aprendí desde la escuela primaria, fue que hasta las especies animales han
desarrollado mecanismos para evitar lo que sucede en El Zacatón. Los animales
de grupo, tales como los leones, los chimpancés y gorilas, excluyen de sus
manadas a los machos jóvenes para prevenir que apareen con hembras de su misma
línea sanguínea, ya que en general, es simplemente malo procrear dentro de la
misma familia, la llamada endogamia.
Me
pareció irónico que la misma Lucía Eugenia escribiera y describiera —aunque
accidentalmente— en su nota, los
catastróficos resultados de una endogamia generacional, aunque sin mencionar
esta causa, es decir: elevada incidencia de males congénitos, cuadriplejía,
retraso mental, bajo nivel de desarrollo pequeña estatura adulta (enanismo),
paladar hendido y labio leporino. Además de pérdida de la función del sistema
inmunológico, microcefalia, reducción de la fertilidad, etc.
Ahí
tienen ustedes.
Es
necesario que en El Zacatón se termine la endogamia, que se eviten más
nacimientos, que las autoridades pertinentes se aboquen a remediar el problema,
quizás prohibiendo más matrimonios entre los habitantes. Y si las autoridades
de salud han sido tan lentas, o tan cerradas, como lo intuye el artículo de
Lucía, que lean esta carta para se enteren de lo que está causando el problema
de males genéticos en ese lugar.
Atentamente
Eric
Muñiz de la Rosa
(ESTA ES
LA NOTA DE LA IGNORANTE LUCIA TORRES)
La
herencia equivocada de El Zacatón
Por
Lucía Eugenia Torres, Pulso
Una
comunidad rural de Villa de Ramos tiene varios casos de malformaciones
genéticas en gente joven y niños. La más mínima posibilidad de rehabilitación
hacen más difícil la situación para los discapacitados, cuyos padres también
ignoran las razones del problema.
La
enfermera Marcela Coronado de la Clínica Rural del IMSS de El Zacatón, en el
municipio de Villa de Ramos, dijo que el DIF municipal les solicitó realizar
encuestas entre la comunidad, con el fin de obtener información sobre las
malformaciones.
Un
recorrido por la localidad permite observar casos de malformaciones que por su
número parecen no corresponder a la proporción con el tamaño de la localidad
En el
DIF Municipal se niegan a dar detalles de las estadísticas. Se argumentó que
Blanca Baena, la auxiliar de programas, la única que podría dar información de
la encuesta,.se había ausentado de su trabajo.
Las
malformaciones congénitas que se dan en El Zacatón van desde problemas con los
pies, labio leporino, paladar hendido e hidrocefalia, hasta enanismo,
microcefalia, cuadriplejia y estado vegetativo.
Para
evitar que sean objeto de morbo entre la población de esta empobrecida
comunidad, los padres de familia no dejan salir a sus hijos con malformaciones,
los encierra y cuida de ojos ajenos.
"COMO
LAS PLANTAS"
La
Organización Mundial de la Salud (OMS), define los defectos congénitos como
"toda anomalía del desarrollo morfológico, estructural, funcional o
molecular, presente al nacer (aunque pueda manifestarse más tarde), externa
ointerna, familiar o esporádica, hereditaria o no, única o múltiple.
La
malformación congénita supone un fuerte impacto sobre los progenitores y sobre
la sociedad. Los padres sufren un fuerte sentimiento de dolor, frustración y
culpabilidad que requiere si no tratamiento por lo menos adecuada preparación y
apoyo. La sociedad por su parte recibe a su nuevo miembro, cuestionándose sus
posibilidades de utilidad e integración, requiriendo además unafuerte gasto
para su tratamiento.
En el
límite con el estado de Zacatecas, El Zacatón esta privado de la ayuda del
gobierno municipal, no hay fuentes de empleo, la única alternativa es la
siembra de frijol, la mayoría de los habitantes viven sin los servicios básicos
y la alimentación es casi obra de la providencia.
Hay una
clínica médica rural del Instituto Mexicano del Seguro Social. El médico está
de vacaciones, y la enfermera no brinda atención. Los pacientes tienen que
recurrir al Hospital de segundo nivel de Charcas, o pagar un médico particular.
Doña
Ofelia Jiménez, viuda desde hace tres años, es madre de cinco hijos, los de 21,
18 y 17 años, miden algo más de un metro de estatura. Saberse objeto de la
curiosidad de los demás les impide desenvolverse de manera normal. Un médico le
dijo a doña Ofelia que sus hijos habían nacido así porque ella estaba
"débil". Los dos más pequeños, José Guadalupe, de 14 años, y Rosalía,
de 7, tienen estatura regular.
Carmela
Bernal Carrillo tiene 30 años y padece de microcefalia, permanece encerrada
porque sufre de esquizofrenia. Elena López tiene problemas de parálisis
cerebral, y su vida se desarrolla en la banqueta de su casa, donde se arrastra
y ve a la gente pasar. Noelia Velásquez informa que su hijo nació "con el
pie chueco" usa muletas para caminar. Rubén Martínez, un joven postrado en
una silla de ruedas en el rincón de su casa, no se mueve, por lo que su mamá
permanece vigilante a cualquier situación que se presente.
Sin
posibilidades mínimas de rehabilitación o aprendizaje en la discapacidad, hay
niños que por su enfermedad la familia los tiene tirados en el piso. No se
pueden mover, son "como animalitos muertos o plantas" que dependen de
los demás, describen los lugareños.
Nadie
les ha explicado si los casos tienen una raíz relacionada o son una terrible
coincidencia para la comunidad.
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