Thursday, October 16, 2014

DISEÑO NO ES PERIODISMO

DISEÑO NO ES PERIODISMO

Por Eric Muñiz de la Rosa

El diario Pulso primero experimentó con "reingeniería" y luego lo hizo con "tecnología de vanguardia"

La sabiduría popular está repleta de refranes y aforismos que dan agudamente en el blanco, por ejemplo "aunque la mona se vista de seda, mona se queda", o bien "el hábito no hace al monje".

Los anteriores se aplican muy a la medida al periodismo potosino. Un diario vistoso, a todo color, con "tecnología de punta", podrá ser agradable a la vista, pero inútil si está totalmente carente de periodismo, como es el caso del tema de esta columna.

Primero, fue en 2004 cuando Editora Mival hizo la —hasta ahora inútil— inversión en un supuesto "proceso de reingeniería", supuestamente orientado, dijeron, "a mejorar los contenidos de Pulso", misma que tuvo un resultado nulo, porque al hacer un análisis de las recomendaciones que hizo a Pulso el "ingeniero" se obvia que sus consejos no tuvieron resultado.

En la nota publicada como corolario de la "reingeniería", resultó irónico que uno de los reporteros de Pulso reflejara en su mismísimo contenido los males periodísticos de Pulso que señaló el periodista Marco Lara Klahr, y quedó como ejemplo de las prácticas que se deberían abandonar.

El encabezado de la nota fue una parábola: "El periodismo frena su evolución y retrocede", seguido de un paradójico subtítulo que decía: "Existen medios que caen en la "chatarrización" de la información".

Pulso ve su imagen reflejada en ese espejo, pero ha de ser el espejo del cuento de Blanca Nieves, que da una imagen distorsionadamente aduladora.

En su nota, el reportero no se dio cuenta de lo irónico de las palabras de Lara Klahr: "el periodismo ha retrocedido, y en la actualidad se encuentra inmerso en un ejercicio banal y descontextualizado, al igual que los alimentos ‘chatarra’, los medios incurren en la ‘chatarrización’ de la información, con temas banales […] no desarrollan su periodismo, pues no invierten en la investigación periodística, además que en los últimos años el salario de los reporteros ha disminuido de manera importante".

Luego leimos la nota "Editora Mival, a la vanguardia en tecnología", escrita por quien jocosamente algunos llaman el major reporter de Pulso, J. Carlos Gutiérrez, la que dice que "Con el objetivo de brindar a nuestros lectores un servicio de comunicación ágil, oportuno y  atractivo, Editora Mival concluyó exitosamente el curso InDesign CS3, con el  cual los periódicos Pulso, San Luis Hoy y Huasteca Hoy se mantienen a la  vanguardia tecnológica".

Como si un programa digital fuera un potaje mágico que iluminara de conocimientos periodísticos a los improvisados reporteros potosinos y sus invisibles editores, coordinadores editoriales, jefes de sección, jefes de redacción o como sea el nombre con que los designen.

Pulso hace alarde de tecnología con un "software" ligeramente superior a Page Maker o a QuarXpress, como si fuera el non plus ultra de la tecnología, cuando cualquier imprenta moderna lo tiene desde hace tiempo, con un costo máximo de 350 dólares, o cien pesos si Pulso lo compró pirateado en el mercado dominical de "las vías".

La nota de Juan Carlos agregaba que "Los editores gráficos, editores y coordinadores editoriales de Editora Mival, participaron exhaustivamente en este curso impartido por la  empresa Digital Graphic Solutions […] InDesign CS3 optimiza gráficos, de manera que el periódico luce más limpio y llamativo".

Y aquí viene lo bueno: "Por su parte, Adriana Ochoa, Martha Rangel, Armando  Acosta y Jaime Hernández, coordinadores editoriales, coincidieron al señalar que hay un gran esfuerzo y compromiso de parte de esta casa editora en ofrecer servicios de comunicación vanguardistas a los lectores potosinos".

Pues fíjense que no.

Lo que Pulso necesita son verdaderos periodistas como coordinadores editoriales y como reporteros, así los lectores nos libraríamos de notas ridículas e infantiles como las siguientes:

 “Potosinos y turistas observan conmovidos el paso de la silente procesión”; "Recordaron fieles ruta del Nazareno,”; “Pese a sol, presencian crucifixión”; “Reflexionan sobre las siete palabras"; “Con cañas hechizas pescan sin gastar”; “Crece en vacaciones interés por piercings”; “Cervezas oscuras tiene más calorías”.

“Tacos de pescado, un platillo solicitado”, “Venden pan con medalla franciscana”; “Aumentan empeños luego de vacaciones”; “Altar de Dolores, una tradición viva”; “Reportan decremento en venta de cerveza”; “Sufre daños cruz para escenificación”; “Llegan con el calor las prendas ligeras”

“Pocos le colocan anillos y dedales a las roscas de Reyes”; “Comienza la venta de roscas de reyes”; “Critican venta de pan y roscas ‘clandestinas’ ”; “Crece afluencia de pignorantes”; “Católicos van a dar gracias a templos”; “Micheladas, una bebida aberrante”; “Aumentan de precio las gorditas”.

Lo que los coordinadores editoriales, Adriana Ochoa, Armando  Acosta y Jaime Hernández, así como todos los reporteros, necesitan, es un curso intensivo de periodismo, y dejarse de "reingenierías" y "tecnología de vanguardia".

A nadie le gusta recibir una caja de regalos preciosa llena de basura.

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