Wednesday, January 22, 2014

EL PAGO A MIS MAS DE 35 COLABORACIONES PARA LA REVISTA LIBREVIA



A Principios de 2006 recibí un correo electrónico realmente inesperado, se me invitaba a participar, con mis colaboraciones periodísticas, en una revista de San Luis Potosí hasta entonces desconocida para mí. El correo, del que tuve la fortuna de guardar, decía lo siguiente:

“Estimado Eric:
Un amigo mío me dio una especie de currículum sobre tu trabajo en diarios potosinos, estoy trabajando en la revista Librevia, que modestamente esperamos que sea única en su clase por el talento de sus colaboradores, es por eso que te extiendo la invitación para que seas uno más de nosotros, la revista es mensual, mas adelante te diré los temas en los que estamos interesados en saber sobre los mexicanos radicados en Estados Unidos, estas líneas son la reiteración de la invitación, una invitación a escribir en un medio potosino independiente, de recién creación -ya vamos por el número 18- del semanario Librevía, del que espero ya hayas escuchado, mismo del que soy editor. El proyecto avanza gracias al esfuerzo de Rogelio Orozco Nieto y Alejandro Leal Tovías. Si te interesa, espero tu respuesta.

Un saludo.” Firmaba el correo José Juan Castañeda Olvera.

A pesar de residir en Estados Unidos, no era la primera vez que un medio de comunicación potosino me extendía una invitación para colaborar con ellos, ya antes, en 1995 El Sol de San Luis lo había hecho, habiendo colaborado con ese diario por poco más de dos años con mi columna titulada “Desde Chicago” y previamente, desde 1988 El Heraldo se comunico conmigo hasta Chicago con los mismos fines. En 1996 Plano Informativo me hizo el mismo ofrecimiento.

Entonces queda claro, de alguna manera, o en este caso de cinco diferentes maneras, cinco diferentes medios de comunicación, sin previa petición de mi parte, se comunicaron conmigo a Chicago para pedirme que colaborara con ellos. Esto lo agradezco.

Inesperadamente, la revista Librevia dejó de pedirme mis colaboraciones, por uno o dos blogs me di cuenta que había dejado de publicarse con regularidad, en cuatro meses no apareció, excepto para publicar una con la participaron en el Premio Estatal de Periodismo, luego vino otra suspensión.

Cuando me comunique con ellos me contestan dos personas con quienes yo nunca había tenido comunicación. Uno de ellos, el recién llegado Eduardo López Cruz (el de la foto), me envió el siguiente correo electrónico:

Señor Eric Muñiz:

Disculpe usted que no le haya informado oportunamente lo siguiente:

Que sus colaboraciones en la revista Librevía se suspendieron por un elemental gesto de honestidad con nuestros lectores, a quienes desde un inicio del proyecto editorial prometimos exclusividad y calidad en nuestro trabajo. Con desagradable sorpresa descubrimos que, en un afán de notoriedad, usted enviaba a otros medios las mismas “colaboraciones”, malas, por cierto, que hacía llegar a Librevía.

Ahora bien, leí sus tan pretendidas como pretenciosas “lecciones de periodismo gratis”, en donde no encontré ninguna de las tres cosas, mucho menos lo gratuito, pues algo de tiempo nos ha costado atender su lactancia extemporánea.

Ya que usted a distancia busca erigirse en una especie de improbable adalid y censor  del periodismo potosino, con sobrada razón Hilario Hernández le envió un mensaje en donde le sugiere, por lo que nos toca, informarse de que Librevía no es una “desaparecida revista”, sino todo lo contrario, una publicación viva y vibrante.

Su Señoría, en respuesta, lanza bastonazos cibernéticos en donde se proclama ofendido y víctima de una “injuria”. Ya que se dice usted tan escrupuloso, vayamos al sentido original de esta palabra de origen latino: “in”, no, negación, “jure”, ley, derecho. Esto quiere decir que la injuria es una ofensa, una afrenta contraria al derecho de la víctima, derecho protegido por las leyes.

Es justo decir que Librevía existe, lo injusto es que usted, por ignorancia, dé lo contrario como un hecho categórico. La ofensa, en todo caso, señor Muñiz, nos llega con los vientos provenientes de Chicago.

Injuria es -y aquí no en un sentido retórico, sino ya estrictamente legal- que desde la comodidad de su correo electrónico y rascándose su chicagona barriga, sugiera sin ningún empacho que un reportero recibe dinero de un funcionario fulano, sólo porque no le cuadran las cifras sobre los migrantes potosinos muertos en la Unión Americana.

No sólo eso, se esmera en hacer llegar su insidia a numerosos contactos vía electrónica. Eso sí es, señor Muñiz, no sólo injuria, sino también calumnia y tiene potenciales repercusiones legales que ya analizamos. Esto, porque al reportero que usted se refiere en sus pedantes “lecciones”, es Juan Antonio González, periodista de reconocida probidad, amigo y fundador de Librevía, la revista que usted desapareció de un plumazo.

Algo de su actitud puede disculparse, señor Muñiz, si por otro lado consideramos su condición de migrante mental. Puede entenderse su nostalgia por lo potosino si atendemos de nueva cuenta a la etimología de esa palabra: Del griego “nostos”, regreso, y “algos”, dolor; en un sentido lato,
“enfermedad de la distancia”. Entre usted y San Luis hay eso, distancia, por fortuna, mucha distancia…porque no se trata de la distancia geográfica que se mide en kilómetros, sino una más profunda: La que existe entre la realidad y la fantasía.

En resumen, ocurre con usted algo similar al de cierta ave sudamericana que anida en una isla, pero en realidad vive en otra, de tal suerte que tiene los huevos en un sitio muy alejado y defeca en otro.

Le sugiero que entre sus “lecciones de periodismo” incluya una de ética y monte una escuela; si no egresan de ella periodistas, por lo menos fabricará comediantes, que buena falta hacen.

Queda a sus órdenes:
Eduardo López Cruz, jefe de Redacción de la revista que usted, al estilo de David Copperfield, desapareció.

P.D. 1. Como la oligofrenia es muy predecible y con segura soberbia se preguntará “¿y quién es este?, en una próxima oportunidad le enviaré mi currículum, a ver si lo aprueba. Por el momento, me despido de usted, manifestándole gran simpatía y admiración.

P.D. 2. Queda usted, además, autorizado para reenviar este mensaje incluso al despacho del presidente de la República.

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Return-Path: <calek64@hotmail.com>
Received: from rly-yb06.mx.aol.com (rly-yb06.mail.aol.com [172.18.205.138]) by air-yb02.mail.aol.com (v119.12) with ESMTP id MAILINYB24-69a471e7c172d1; Tue, 23 Oct 2007 18:56:36 -0400
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¿Eduardo López Cruz Jefe de Redacción? Así, de la noche a la mañana, estos oportunistas desbancaron a la verdadera jefa de redacción Sofía Padrón. Y por supuesto Librevia desapareció.


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