A Principios de 2006 recibí un correo electrónico realmente inesperado, se me invitaba a participar, con mis colaboraciones periodísticas, en una revista de San Luis Potosí hasta entonces desconocida para mí. El correo, del que tuve la fortuna de guardar, decía lo siguiente:
“Estimado Eric:
Un amigo mío me dio una especie de
currículum sobre tu trabajo en diarios potosinos, estoy trabajando en la
revista Librevia, que modestamente esperamos que sea única en su clase por el
talento de sus colaboradores, es por eso que te extiendo la invitación para que
seas uno más de nosotros, la revista es mensual, mas adelante te diré los temas
en los que estamos interesados en saber sobre los mexicanos radicados en
Estados Unidos, estas líneas son la reiteración de la invitación, una
invitación a escribir en un medio potosino independiente, de recién creación
-ya vamos por el número 18- del semanario Librevía, del que espero ya hayas
escuchado, mismo del que soy editor. El proyecto avanza gracias al esfuerzo de
Rogelio Orozco Nieto y Alejandro Leal Tovías. Si te interesa, espero tu
respuesta.
Un saludo.” Firmaba el correo José Juan
Castañeda Olvera.
A pesar de residir en Estados Unidos, no
era la primera vez que un medio de comunicación potosino me extendía una
invitación para colaborar con ellos, ya antes, en 1995 El Sol de San Luis lo
había hecho, habiendo colaborado con ese diario por poco más de dos años con mi
columna titulada “Desde Chicago” y previamente, desde 1988 El Heraldo se
comunico conmigo hasta Chicago con los mismos fines. En 1996 Plano Informativo
me hizo el mismo ofrecimiento.
Entonces queda claro, de alguna manera,
o en este caso de cinco diferentes maneras, cinco diferentes medios de
comunicación, sin previa petición de mi parte, se comunicaron conmigo a Chicago
para pedirme que colaborara con ellos. Esto lo agradezco.
Inesperadamente, la revista Librevia
dejó de pedirme mis colaboraciones, por uno o dos blogs me di cuenta que había
dejado de publicarse con regularidad, en cuatro meses no apareció, excepto para
publicar una con la participaron en el Premio Estatal de Periodismo, luego vino
otra suspensión.
Cuando me comunique con ellos me
contestan dos personas con quienes yo nunca había tenido comunicación. Uno de
ellos, el recién llegado Eduardo López Cruz (el de la foto), me envió el
siguiente correo electrónico:
Señor Eric Muñiz:
Disculpe usted que no le haya informado oportunamente lo siguiente:
Que sus colaboraciones en la revista Librevía se suspendieron por un
elemental gesto de honestidad con nuestros lectores, a quienes desde un inicio
del proyecto editorial prometimos exclusividad y calidad en nuestro trabajo.
Con desagradable sorpresa descubrimos que, en un afán de notoriedad, usted
enviaba a otros medios las mismas “colaboraciones”, malas, por cierto, que
hacía llegar a Librevía.
Ahora bien, leí sus tan pretendidas como pretenciosas “lecciones de
periodismo gratis”, en donde no encontré ninguna de las tres cosas, mucho menos
lo gratuito, pues algo de tiempo nos ha costado atender su lactancia
extemporánea.
Ya que usted a distancia busca erigirse en una especie de improbable
adalid y censor del periodismo potosino,
con sobrada razón Hilario Hernández le envió un mensaje en donde le sugiere,
por lo que nos toca, informarse de que Librevía no es una “desaparecida
revista”, sino todo lo contrario, una publicación viva y vibrante.
Su Señoría, en respuesta, lanza bastonazos cibernéticos en donde se
proclama ofendido y víctima de una “injuria”. Ya que se dice usted tan
escrupuloso, vayamos al sentido original de esta palabra de origen latino:
“in”, no, negación, “jure”, ley, derecho. Esto quiere decir que la injuria es
una ofensa, una afrenta contraria al derecho de la víctima, derecho protegido
por las leyes.
Es justo decir que Librevía existe, lo injusto es que usted, por
ignorancia, dé lo contrario como un hecho categórico. La ofensa, en todo caso,
señor Muñiz, nos llega con los vientos provenientes de Chicago.
Injuria es -y aquí no en un sentido retórico, sino ya estrictamente
legal- que desde la comodidad de su correo electrónico y rascándose su
chicagona barriga, sugiera sin ningún empacho que un reportero recibe dinero de
un funcionario fulano, sólo porque no le cuadran las cifras sobre los migrantes
potosinos muertos en la Unión Americana.
No sólo eso, se esmera en hacer llegar su insidia a numerosos contactos
vía electrónica. Eso sí es, señor Muñiz, no sólo injuria, sino también calumnia
y tiene potenciales repercusiones legales que ya analizamos. Esto, porque al
reportero que usted se refiere en sus pedantes “lecciones”, es Juan Antonio
González, periodista de reconocida probidad, amigo y fundador de Librevía, la
revista que usted desapareció de un plumazo.
Algo de su actitud puede disculparse, señor Muñiz, si por otro lado
consideramos su condición de migrante mental. Puede entenderse su nostalgia por
lo potosino si atendemos de nueva cuenta a la etimología de esa palabra: Del
griego “nostos”, regreso, y “algos”, dolor; en un sentido lato,
“enfermedad de la distancia”. Entre usted y San Luis hay eso, distancia,
por fortuna, mucha distancia…porque no se trata de la distancia geográfica que
se mide en kilómetros, sino una más profunda: La que existe entre la realidad y
la fantasía.
En resumen, ocurre con usted algo similar al de cierta ave sudamericana
que anida en una isla, pero en realidad vive en otra, de tal suerte que tiene los
huevos en un sitio muy alejado y defeca en otro.
Le sugiero que entre sus “lecciones de periodismo” incluya una de ética y
monte una escuela; si no egresan de ella periodistas, por lo menos fabricará comediantes,
que buena falta hacen.
Queda a sus órdenes:
Eduardo López Cruz, jefe de Redacción de la revista que usted, al estilo
de David Copperfield, desapareció.
P.D. 1. Como la oligofrenia es muy predecible y con segura soberbia se preguntará
“¿y quién es este?, en una próxima oportunidad le enviaré mi currículum, a ver
si lo aprueba. Por el momento, me despido de usted, manifestándole gran
simpatía y admiración.
P.D. 2. Queda usted, además, autorizado para reenviar este mensaje
incluso al despacho del presidente de la República.
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Return-Path: <calek64@hotmail.com>
Received: from rly-yb06.mx.aol.com
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(v119.12) with ESMTP id MAILRELAYINYB68-69a471e7c172d1; Tue, 23 Oct 2007
18:56:23 -0400
¿Eduardo López Cruz Jefe de Redacción? Así,
de la noche a la mañana, estos oportunistas desbancaron a la verdadera jefa de redacción
Sofía Padrón. Y por supuesto Librevia desapareció.
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