Antes de
que se generalizara la descarada publicidad gubernamental, en la forma de
gacetillas disfrazadas de notas informativas, muy bien pagadas por cierto, los
diarios acataban la premisa de que debían tener 50 por ciento de páginas
editoriales por 50 por ciento de páginas de publicidad. Un diario no podía
faltar a esa realidad so pena de caer en sobre gastos.
Había
una fiera batalla entre los diarios para obtener publicidad comercial, de
hecho, los vendedores de publicidad eran los mejor pagados. Ahora quienes pagan
el tiraje de los diarios son los diferentes gobiernos; el federal, los
estatales, los municipales y las dependencias oficiales. Esa es la
realidad.
EL
PERIODISMO SUFRE EN SU INTEGRIDAD
Pero ese
subsidio disfrazado no es el único mal. El daño colateral que sufre el
periodismo, al ser básicamente subsidiado por los diferentes gobiernos, es que
automáticamente deja de ser imparcial, por ende deja der periodismo. No se
puede informar con objetividad ni veracidad porque la existencia de los medios
mexicanos, supeditada a la publicidad gubernamental, los obliga a publicar los
boletines de prensa, sin cambiar el mensaje de los mismos so pena de no recibir
su respectivo pago por publicarlos, tampoco pueden investigar, corroborar o
comprobar si el boletín, como propaganda gubernamental, refleja la verdad, de
ahí que el lector recibe una información amañada, muchas veces hasta falsa.
Al
final, esto no es verdadero periodismo porque, en este, estamos obligados a
obedecer íntegra y fielmente los cánones periodísticos de la objetividad, la
imparcialidad y la veracidad. Obtenemos las debidas declaraciones de los
involucrados y los puntos diferentes y opuestos de una historia, buscamos,
hurgamos, investigamos, luego publicamos.
El
mexicano ve esta situación como muy natural, simplemente porque no conoce la
diferencia, por varias generaciones ha tenido esa clase de “periodismo”, no
sabe que la prensa está autocensurada y controlada. A la prensa mexicana se le
reprime doblemente con la publicidad gubernamental, si a los diarios se les
otorga, están obligados a mantenerla sin criticar al gobierno; si se les niega,
desaparecen porque tampoco tienen publicidad comercial.
LIBERTAD
DE EXPRESIÓN EN MÉXICO EN ÚLTIMOS LUGARES
Recientemente
la organización internacional Reporteros sin fronteras dio a conocer su
Clasificación Mundial de la libertad de prensa. Como si se estuviera refiriendo
particularmente a México, el comunicado decía que “El control de la información
sigue siendo un reto de poder y de supervivencia para los regímenes
totalitarios y represivos…
…“Nunca
antes la libertad de información había estado tan asociada a la democracia,
nunca el trabajo de periodista había molestado tanto a los enemigos de las
libertades […] La ecuación es simple: la ausencia o la supresión de las
libertades públicas conlleva automáticamente la de la prensa. Las dictaduras
temen y prohíben la información, sobre todo cuando ésta puede debilitarlas”.
Reporteros
sin fronteras clasifica a México en un paupérrimo lugar 149, por debajo de
algunos países africanos que hasta hace poco eran dictaduras, y muy cerca de
países como Cuba y Yemen.
LOS
DIARIOS MEXICANOS, INMUNES A LA CRISIS ECONÓMICA
He aquí
la grandísima diferencia entre el verdadero periodismo, el que vive de la
publicidad comercial, y el periodismo—¿Debo escribirlo entre comillas?—que vive
netamente de la publicidad gubernamental.
En
México, a los propietarios de medios les importa un bledo la publicidad
comercial, ¿Cuándo se han publicado estadísticas sobre las altibajas de la
publicidad comercial en la prensa mexicana?
Víctor
Sampedro, catedrático de Opinión Pública y Comunicación Política en la
Universidad Rey Juan Carlos, opina que “la crisis es de modelo y se arrastra
desde finales del siglo XX” y recuerda que “ya antes o en los albores de
Internet preocupaba mucho el comercialismo y la degradación informativa que
acarreaba.”
Mientras que en otras partes de mundo se han
cerrado diarios importantes, para los diarios mexicanos no existe ninguna
crisis económica por el descenso de la inversión publicitaria, en todo caso,
los años de campañas electorales son de bonanza para periodismo mexicano.
Diarios
famosos que viven cien por ciento de la publicidad comercial, como el caso del Chicago Tribune, han sufrido por la baja
en facturación, este diario pronto cobrara por acceder a su sitio de Internet.
Aun no deciden un precio o una fecha para empezar a cobrar. El diario The
Baltimore Sun, que pertenece a Tribune Co., ya cobra a sus usuarios. Luego de
15 páginas vistas de manera gratuita al mes, el sitio cobra $2.49 a la semana o
$49.99 (dólares) por acceso ilimitado durante seis meses.
Los dos
únicos diarios rivales de Chicago han llegado a acuerdos que serian
incomprensibles para los medios de comunicación de México. El gigante
editorial, Chicago Tribune Co., desde 2007 distribuye todo el tiraje de su
rival el diario Chicago Sun-Times y siete de sus diarios hermanos. También,
desde septiembre de 2011, el Chicago Tribune imprime (maquila) esos mismos
diarios. Con esas medidas la compañía Chicago Sun-Times ahorra 10 millones de
dólares anuales, aunque la maquila le costó el trabajo a 400 trabajadores de
talleres del Sun-Times.
UNA
BOFETADA Y VIL BURLA AL PUEBLO MEXICANO
“Dona
OEM mil toneladas de harina a Chihuahua”, fue la “noticia” de primera plana en
los 72 diarios de la Organización Editorial Mexicana. Una verdadera burla,
porque es un reto a la inteligencia creer que 72 diarios carentes de publicidad
comercial puedan contribuir a la distribución gratuita de esta enorme cantidad
de harina de maíz.
El
donativo lo hizo el multimillonario Mario Vázquez Raña en nombre de la
Fundación MVR-OEM, “fundación” de la que se ignora su existencia y que no se
encuentra registrada en la Secretaria de Hacienda y cuanto sitio de Internet
consulté.
Es
injusto e inmoral que sea con dinero del pueblo mexicano con el que se subsidie
a diarios propiedad de multimillonarios.