Saturday, November 19, 2016

¿CISMA EN EL DIARIO PULSO? LO QUE LA EDITORA ADRIANA OCHOA ESCRIBIÓ SOBRE SU PRIMO EL MONERO ALFREDO NARVÁEZ OCHOA


Por Eric Muñiz de la Rosa

De falsa periodista a falsa redentora: en su inocua columna La Cábala, la supuesta editora del diario Pulso, Adriana Ochoa, califica de anodina a la Secretaria de Cultura, como si su columna no lo fuera también.
Si bien es cierto que la existencia de la Secult es una burla a la inteligencia de los potosinos, también es cierto que el diablo no puede culpar de pecadores a sus adoradores. Adriana, como autoproclamada defensora de los contribuyentes primero debería despojarse de su máscara de redentora y aceptar que ella misma es imagen de lo que acusa.
En su columna de este domingo Adriana, o hace gala de su irredimible cinismo e ignorancia periodística, o hace un velado ataque a su compinche de correrías, el caricaturista Alfredo Narváez Ochoa.
Escribe Adriana: “Para subrayar que la austeridad en el sector público es puro rollo con ánimo de engañar, basta de muestra una asomada a la nominita de la anodina Secretaría de Cultura. Los sueldos son realmente buenos en Cultura, por ejemplo, un señor que aparece como “jardinero” en el Centro Cultural de la Huasteca Potosina, el puesto de menor nivel en esa plantilla, tiene un sueldo de $12,139.89 más 6 mil pesos de bono fijo. Más de un técnico en Zona Industrial se ofrecería a ir a costar (sic) pastito a Cultura por ese sueldo, y sólo de lunes a viernes”.
Y yo digo que no solamente “un técnico de la zona industrial se ofrecería a cortar pastito”, ya que un “periodista” de Pulso no cortará el pastito, sino que se lo traga en la forma de los 35 mil pesos mensuales que devenga en esa “anodina” Secult, me refiero al antes citado Alfredo Narváez Ochoa.
No se sabe si es intencional o producto de su cinismo, pero Adriana le asesta un golpe bajo a su congénere de corral (Alfredo) al escribir que los “enchufados” de Secult se dan la gran vida, al decir en su columna: ¡ah cómo tiene directores la Secult! Mero pretexto para asignar sueldos injustificados a diestro y siniestro, porque muy poca ciencia tiene eso de organizar eventos a los que la gente no va, hacer una que otra publicación digna de enmohecerse completa en bodega, o ir a cuidar tres tepalcates y alguna bacinica “histórica” en las desoladas “casas de cultura” o disque “museos”.
¿Lo dice porque Alfredo Narváez Ochoa, como director del Centro Cultural Mariano Jiménez, (una de esas, como dice Adriana, “desoladas ‘casas de cultura’ ”), solo cuida tres tepalcates y una que otra bacinica histórica.
Como si ella misma y el 99.9 por ciento de los obreros a destajo de Pulso no fueran beneficiarios del chayote, las extorsiones y demás chanchullos que forma parte de los “derechos laborales” de los “periodistas”, en su periodísticamente inexplicable diatriba Adriana Ochoa añade: “Están, por ejemplo, los integrantes de la generación de ‘enchufados’ que dejó ahí el toranzato en calidad de inamovibles (como) Arturo Castillo Jiménez, quien fuera director de festivales intrascendentes (‘internacionales’ en su caso fue pura pretensión). No pueden faltar ‘los parientes’. Una hermana de Laura Moore, ex secretaria particular de Toranzo, y una hija del ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Joel González de Anda (y) un hijo del ex tesorero y compadre del ex mandatario, Jorge Quijano Guerrero”.
Cuando menos el jardinero que menciona Adriana tiene la gracia de saber cortar el “pastito” ¿Pero qué gracia especial tiene Alfredo Narváez Ochoa para ser “director” del Centro Cultural Mariano Jiménez? En el círculo de los autonombrados “periodistas” potosinos se sabe perfectamente que Alfredo apenas si terminó la secundaria.
El sitio de la Secult, entre currículos de abogados, ingenieros y otras profesiones, el currículo de Alfredo menciona “estudios de preparatoria” ¡es todo! Sin mencionar si la terminó, ni el nombre de la escuela.
Para hacer la broma mas grande, en el sitio de internet del Premio Nacional de Periodismo aparece el currículum vitae de este remedo de periodista, y mueve a risa lo referente a sus estudios: “Egresado de la Universidad de San Luis Potosí (?) con un diplomado en Políticas Públicas por el Instituto de Administración Pública de Querétaro”. Primero ¿Cuál universidad de San Luis Potosí? Porque entre universidades reales, semirreales y “patito” hay más de 70; Segundo, el Instituto de Administración Pública de Querétaro simplemente ¡NO EXISTE!
Es bien sabido que Alfredo Narváez Ochoa no tiene carrera universitaria; y para comprobarlo precisamente existe la Consulta de Cédulas Profesionales de la Secretaria de Educación Pública de México.
En cuanto al Instituto de Administración Pública de Querétaro, la dirección que se encuentra en internet corresponde a la de una antigua casa habitación convertida a teatro experimental. Aparte de que en una búsqueda en el sitio de la Secretaria de Educación no existe tal instituto, ni su posible Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE) que la Secretaría de Educación otorga como prueba de incorporación.
Sobre el Instituto de Administración Pública de Querétaro tampoco existe sitio de internet, página de Facebook, de Twitter o de alguna otra red social por internet a nombre de tal instituto.
Y como si su salario no dependiera del dinero del pueblo, que en forma de cochupo recibe Editora Mival, Adriana termina escribiendo: “A fin y acabo aquí estamos sus muy taruguísimos contribuyentes aportando para dar una vida mejor que la nuestra a una legión de inútiles”.